LA CAJA DE LAS PREOCUPACIONES [ACTIVIDAD]

Hoy os vamos a proponer una actividad para controlar las preocupaciones. Cuando trabajamos este tema con niños y niñas les explicamos que las preocupaciones son como una planta. Si plantamos una semilla, la enterramos bien, la regamos… al tiempo tendremos una planta. Y si cuidamos esa planta, la seguimos regando, le dejamos que le de la luz del sol y el aire… cada vez se hará más y más grande y nos dará frutos. Si seguimos cuidándola nos dará cada vez más y más frutos, hasta el punto de no saber qué hacer con tantos. Pues con las preocupaciones pasa lo mismo, si nosotros las atendemos y le dedicamos tiempo no harán otra cosa que crecer.preocupaciones

Esto provocará tanto en la infancia y la adolescencia como la edad adulta una emoción de ansiedad. Invertimos mucho tiempo y esfuerzo en intentar tranquilizar y sosegar, en definitiva, en tratar que esa ansiedad desaparezca. Sin embargo, con ello seguimos dándole vueltas a las preocupaciones que están causando esa emoción de ansiedad.

Sabemos que olvidarnos y eliminar por completo las preocupaciones es algo muy complicado, casi me atrevería a decir que imposible. Pero sí podemos contenerlas y dedicarles un tiempo limitado. Esto es lo que vamos a hacer con la técnica de la caja de las preocupaciones, una técnica de contención que utilizamos habitualmente en la consulta con las familias.

Esta herramienta está indicada para todas las edades, incluso para las personas adultas. El objetivo es evitar pasar la mayor parte del día pensando en nuestras preocupaciones, esto hará que descienda nuestro nivel de ansiedad y también evitaremos “alimentar” las preocupaciones, es decir, evitar que se hagan mayores o que se multipliquen.

¿En qué consiste la actividad?

Necesitaremos una caja, tarjetas de papel y un boli. Podemos decorar la caja a nuestro gusto y situarla en un lugar accesible de la casa. Durante el día, cada vez que una preocupación venga a nuestra mente deberemos apuntarla en una tarjeta de papel e introducirla en la caja.

preocupaciones

Con esto, la desterraremos de nuestra mente, diciéndonos que “ahora no es momento de pensar en ella”. Vamos a establecer una hora fija al día que llamaremos “la hora de las preocupaciones”. Debe ser un momento en el que podamos reunirnos toda la

familia si se trata de preocupaciones que atañen a todos. O algún momento en el que podamos estar tranquilos si se trata de personas adultas, sin interrupciones. En este tiempo dedicaremos unos 20 minutos a hablar y a pensar en las preocupaciones que hemos metido e

n la caja. Solo podemos pensarlas durante ese tiempo, posteriormente sacaremos todas las preocupaciones y cerraremos la caja hasta el día siguiente.

Con esta herramienta pretendemos evitar estar todo el día pensando en las preocupaciones, con el riesgo que ello conlleva, como ya hemos visto. Es posible que cuando llegue el momento de comentar las preocupaciones haya alguna de ellas que ya no nos parezca tan importante. Si ocurre esto, buenas noticias, vamos por buen camino para cumplir nuestro objetivo.

Durante el resto del tiempo, cuando nos descubramos pensando en una preocupación, amablemente nos diremos a nosotros mismos que ahora no es tiempo de pensar. Y la escribiremos para dedicarnos a ella en “la hora de las preocupaciones”.

Os esperamos en nuestro perfil de Instagram con nuevas ideas.

 

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