DIVORCIO: MAMÁ, PAPÁ, OS NECESITO
Importante: esta es una opinión PERSONAL. Basada en la experiencia de una psicóloga que trabaja con niños y niñas, acerca de cómo les afecta el tipo de relación que ambos progenitores mantengan tras un divorcio o separación.
Reírse tras salir de un juicio en el que se valora el régimen de visitas de un menor, porque a priori la otra parte no ha conseguido lo que quería. Ésta es solo una de las múltiples formas de utilizar a un menor para hacer daño a alguien a quien en su día quisiste, con la cual tomaste la importante decisión de crear un ser humano.
Te escribo a ti, que has decidido poner fin a la relación sentimental. O lo han decidido por ti, me da igual. Sé lo que supone un divorcio, “¿quién se queda con la casa, el coche, cómo repartimos los ahorros?, esto lo compré yo, esto es mío…” ¿Cómo se reparte una vida a medias? Sé que es complicado. El tema es que se puede repartir el dinero y las cosas materiales, por mucho valor sentimental que tengan. Pero los hijos no, los hijos no se reparten en un divorcio.
Un niño no pide venir al mundo
Un niño no pide venir al mundo, es una decisión que toman los padres. O quizás no deciden ser padres, pero no somos tontos; todos sabemos que quien se acuesta con el gato puede amanecer arañado (no creo que tenga que dar más pistas). El tema es que los niños son responsabilidad de sus padres, de ambos. Y ese niño tiene muchas necesidades: tiene que comer, que vestirse, que ir al cole, tiene que jugar… Y, por suerte para algunos y desgracia de otros, esas necesidades no solo se cubren con dinero. Se cubren con tiempo (de calidad), con dedicación, con paciencia y con cariño. Esto es algo que muchos padres y madres no entienden. Los niños tampoco deciden las condiciones del divorcio. Y es algo que me toca explicar a menudo en consulta.
Pues bien, veo muchos casos en los que los padres están más preocupados por hacerse daño, por fastidiar, por “castigar” al otro que por cubrir las necesidades de su hijo. El niño tiene derecho a desarrollarse plenamente y adecuadamente a su edad. Y es responsabilidad de los padres contribuir a ello. Cuando piensas que hablándole mal a tu hijo de su otro progenitor estás dañando a tu ex, estás confundido. Estás dañando a tu hijo. Cuando crees que estás desprestigiando los esfuerzos del otro hablándole a tu hijo mal de las cosas que hace con su madre o con su padre, no estás dañando al otro. Estás dañando a tu hijo. ¿Continúo?
Estás dañando a tu hijo
A quién estás dañando es a tu hijo y la relación que tienes con él. Ya es triste para un niño que sus padres no se comuniquen, que no pueda hablar de uno de ellos en presencia del otro, que tengan que pasar por un juzgado para tomar decisiones acerca de él mismo… Como para que en el día a día una de tus figuras de apego, tu padre o tu madre, te cree inseguridades. Y si no quieres ejercer como madre o padre pues apártate, cumple con “lo imprescindible” y déjalo vivir en paz, desarrollarse plenamente, tu hijo te lo agradecerá. Hago mía una frase de una paciente: “o aportas o apartas”.
¿No os dais cuenta que el niño aprende a través de vosotros? ¿Qué vosotros sois sus ojos del mundo? ¿En serio queréis dejarle esa herencia? ¿En qué queréis que se convierta el día de mañana?
Un hijo no es una propiedad, no tienes derecho a hacerlo sufrir, él no tiene la culpa de tener ese padre/madre. Él lo que tiene son necesidades y es tu responsabilidad satisfacerlas.
Obviamente, aunque he utilizado genéricamente los términos padre y madre, esto también es aplicable si tu hijo tiene dos madres o dos padres.
Me doy por satisfecha si este escrito te hace reflexionar y plantearte qué es más importante en tu vida. Que tu hijo sea feliz, que se desarrolle adecuadamente y tenga una excelente relación con los dos o, por el contrario, fastidiar a tu ex. Ojalá nunca hubiera tenido que escribir sobre este tema. Pero por desgracia, es algo que veo más a menudo de lo que me gustaría.
De nuevo, importante: esta es una opinión PERSONAL basada en la experiencia de una psicóloga que trabaja con niños.