RELAJACIÓN [Incluye práctica de relajación guiada]
En estos tiempos de prisas realizamos mil y una actividades, no tenemos oportunidad para parar, no tenemos tiempo para la relajación. Como dice el dicho, andamos como “pollos sin cabeza”. Una de las reflexiones que se está escuchando mucho a raíz de la situación de confinamiento fruto de la alerta sanitaria que estamos viviendo actualmente es que el mundo nos ha obligado a parar. Y es cierto, llevábamos una rutina, en la mayoría de los casos que conozco, muy ajetreada. Sin tiempo para dedicarnos a nosotros mismos, a nuestra mente y a nuestro cuerpo, a nuestras familias, a lo que realmente nos gusta…
Y este exceso de actividad no se da únicamente a nivel físico, se da sobre todo a nivel mental. Nuestra cabeza va saltando de pensamiento en pensamiento como una rana sin rumbo. Pensando en mil cosas a la vez. Esto produce estrés y ansiedad que en nada benefician a nuestra salud mental. Cuando en la consulta trabajamos técnicas de relajación, lo que más le cuesta a nuestros pacientes y pacientitos es parar de pensar. Para ser más concretos, lo que más dificultad les entraña es centrar sus pensamientos en lo que están viviendo, en el presente. Es muy común que nuestra cabeza viaje a lo que tenemos que hacer después, a aquello que nos preocupa, a lo que consideramos que tendríamos que haber hecho…
Dedicar unos minutos diarios a practicar la relajación calmará los nervios y la ansiedad. También ayudará a mejorar nuestra atención. Practicando la relajación estamos entrenando “el músculo de la atención”, ya que serán múltiples las ocasiones en las que tendremos que dejar de lado nuestros pensamientos intrusivos para centrarnos en aquello que nos están guiando desde la práctica de la relajación. Si a diario dedicamos un tiempo a relajarnos, además de gestionar mejor emociones como la ansiedad, estaremos entrenando nuestra mente para que consiga relajarse más fácilmente cuando se encuentre en un momento o situación de tensión. Además la práctica rutinaria de técnicas de relajación facilita la conciliación del sueño, evitando problemas de insomnio, nos ayuda a regular la ira, aumenta nuestro control personal y nos facilita un mejor afrontamiento de los acontecimientos adversos. Tiene repercusiones también en nuestra autoestima.
Hoy os invitamos a que os relajéis, intentando centraros únicamente en mantener relajados vuestro cuerpo y vuestra mente. La técnica seguida en la sesión que os proponemos es la relajación autógena. Se consigue la relajación a través del convencimiento de la persona. Centrando nuestra atención en las diferentes partes del cuerpo vamos a conseguir eliminar de ellas toda la tensión acumulada. Escoge un lugar tranquilo, cómodo y libre de interrupciones y limítate a dejarte llevar:
La relajación guiada que os proponemos en el vídeo está indicada para adolescentes y personas adultas. En nuestro centro, utilizamos otras técnicas para trabajar la relajación con niños y niñas. Si tenéis interés en que dediquemos algún artículo a la relación infantil, puedes hacérnoslo saber en comentarios.
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